Las oscuras e indescifrables motivaciones que inspiran el proceder criminal de quien decide eliminar una vida, demostrando desprecio por el prójimo, conduciendo su accionar de manera inclemente e irracional, son tan variadas como incomprensibles. El que mata, atenta de manera directa contra el bien jurídico protegido de mayor valía, que es la vida, y desde esta perspectiva, esta acción brutal, se muestra tan repugnante a la condición humana, como injustificada desde el sentido común. Ahora bien, detenernos en la labor de escudriña...