A una semana del ataque, la víctima se recupera tras una compleja cirugía.
Quedó con traumas, llora y pide por su familia.
Sus padres reclaman justicia y solicitan ayuda.
El acusado por la agresión está en Bouwer.
La noche lejos había estado de ser buena. Pese a los calmantes, no había dejado de moverse y de despertarse cada tanto, de quejarse por los dolores y de llorar. Ya de mañana, cuando estaba conciliando el sueño, tuvo un abrupto sobresalto. Fue cuando una médica le tocó el pie, como una caricia, ...