12 de junio de 2024,
Mónica Fabiana Juárez aún recuerda sumida en el dolor el último mensaje que le mandó a su hijo el pasado sábado a las 7 de la mañana, minutos antes del siniestro vial que acabaría con la vida del joven.
El muchacho había salido a bailar junto a un grupo de conocidos a Villa Carlos Paz.
La mujer quería cerciorarse sobre la hora de regreso y las condiciones del viaje. Temía algo.
?¿Estás bien? ¿A qué hora volvés??, le escribió a Matías Antonio Juárez, su hijo de 22.
Recibió una respuesta tranquilizadora: ?Si mamá, todo bien?.
Pero a las 7.30 se produjo el vuelco del Chevrolet Prisma blanco en el que se conducía la víctima junto a otros cuatro conocidos. Al parecer, el conductor perdió el control del vehículo.
Todo sucedió en el kilómetro 3 de la autopista Justiniano Allende Posse, en el sentido Villa Carlos Paz a Córdoba, a la altura de San Nicolás.
?Habían dejado atrás el control de la Policía Caminera, que está a la salida de la avenida San Martín y sobre la entrada a la autopista de retorno a Córdoba. Si lo hubiera controlado la Policía Caminera, hoy Matías estaría vivo?, recriminaron desde el entorno familiar del joven.
El resto de los jóvenes sufrieron lesiones y se recuperan. Entre ellos se encuentra el conductor del auto, Juan Agustín Zapata, también de 22 años.
Según se supo por la primera información recolectada por los investigadores estaba alcoholizado. En concreto, presentó 1.4 grados de alcohol en sangre.
La fiscal Jorgelina Gómez ordenó detenerlo y lo imputó por ?homicidio simple con dolo eventual?. La escala penal va de 8 a 25 años.
La defensa insistirá en la figura culposa.
La grave acusación que la Justicia desarrolla por estas horas contra Zapata se asienta en tres premisas: existe una previsibilidad del peligroso resultado al que se puede llegar cuando una persona se sienta tras el volante con un alto grado de alcohol en sangre.
Los peritos trabajan desde el sábado para realizar todas las pruebas técnicas pertinentes que permitan establecer la mecánica del siniestro vial.
Tendrán un carácter esclarecedor los testimonios de los sobrevivientes del vuelco.
Con el patrocinio del abogado Carlos Nayi, la mamá de la víctima fatal se presentó en la fiscalía. Solicitó ser querellante en la causa. ?El centro de responsabilidad está en el conductor del vehículo. Estamos hablando de un crimen vial y no de imprudencia. Esta es la cuestión nuclear?, dijo el letrado.
Envuelta en el dolor, la familia de la víctima espera que este nuevo incidente vial no quede en el olvido.
?Se trata de un hecho absolutamente previsible. No puede ocurrir que un conductor alcoholizado pase como si nada un control policial donde justamente deberían realizar el control de alcoholemia. Pero además no es el caso del chico que lo llevó a Matías, sino que son cientos de miles de chicos que salen de bailar y circulan bajo los efectos del alcohol al volante?, reprochan desde el entorno de la víctima.
Es evidente que con los controles familiares no alcanza: ?Le habíamos pedido que no subiera al auto de Juan, que no se juntara con ellos. No eran amigos, eran conocidos. Pero lo hizo y habrá pensado que no estaba en tan mal estado...?, contaron los familiares.
Finalmente el joven abordó el Chevrolet Prisma, vio pasar el control policial (según su familia) y kilómetros más adelante sufrió el vuelco.
?La Caminera realiza controles de exceso de velocidad a través de los radares y emite multas entre varios tipos de infracciones frecuentes. Pero debe llevar a cabo los controles de alcoholemia. Están para prevenir. La autoridad policial tiene que prevenir?, planteó Nayi.
La Voz del Interior 12-6-24