Fueron hallados culpables 11 de los 12 acusados, entre ellos dos suboficiales de la Policía de la Provincia. Usaban chalecos para simular allanamientos o procedimientos. Después, encañonaban a las víctimas y les robaban.

La Cámara 4ª del Crimen condenó este lunes por unanimidad a 11 de los 12 acusados de integrar una banda de pistoleros que cometía asaltos en la capital provincial, entre ellos a un agente y a un sargento de la Policía de la Provincia.

El debate tuvo carácter de abreviado para la mayoría de los acusados: nueve de ellos admitieron los cargos de la acusación, pidieron disculpas y se mostraron arrepentidos. Igual temperamento asumieron los dos uniformados que terminaron exonerados de la fuerza y recibieron duras condenas: al sargento ayudante Maximiliano Luis Fuentes (45) se le impuso una pena de 11 años de prisión, mientras que el agente Matías Alejandro Moyano (32) recibió 8 años y seis meses de cárcel.

Al primero le cupo una pena superior por haber estado presente en los seis hechos de la acusación. Los delitos que se les adjudicaron a ambos policías son los de ?asociación ilícita?, ?peculado?, ?omisión de los deberes de funcionario público?, partícipe necesario de ?robo calificado por uso de arma cuya operatividad no fue acreditada, agravado por la condición de policía (siete hechos)? y partícipes de ?robo calificado por efracción con arma de fuego no operativa, en poblado y en banda?.

Otros nueve acusados, todos civiles, también recibieron penas de prisión: Raúl Ricardo Benavídez, ocho años y tres meses; Elías Rubén Cornejo, unificada en nueve años y ocho meses; Gustavo Emanuel Lonzalles, seis años y ocho meses; Darío Nelson Luna, siete años y medio; Emiliano Emanuel Torres, ocho y medio; su hermano Gonzalo Mariano Torres, seis años y ocho meses, Damián Darío Acosta, tres años y medio; Ariel Esteban Loza, ocho años y medio unificado en 11 años y medio; y Damián Ignacio Palacios, ocho años.

Lonzalles y Benavídez, no admitieron los hechos y discutieron los cargos en el juicio. Ambos terminaron condenados con severas penas.

El único absuelto de todos los acusados fue Nicolás Agüero, quien tampoco aceptó los cargos y se sometió al debate por consejo de su defensor Ricardo Moreno, junto a Diego Casado. Agüero estaba señalado como miembro de la asociación ilícita, privación ilegítima de la libertad, robo calificado y violación de domicilio, entre otros delitos. Su defensor Moreno abogó por su libertad y dijo en su alegato: ?Su inocencia flota como un corcho sobre el agua?. El fiscal había solicitado una pena superior a los 10 años de prisión, pero el tribunal integrado por Luis Nassiz, María Antonia de la Rúa y Enrique Berger lo absolvió.

Debate. El juicio se desarrolló en la Cámara 4ª del Crimen. (Pedro Castillo / La Voz)

El querellante particular Ezequiel Spinka se mostró satisfecho por el trámite y por el resultado del juicio, como así también por la investigación del fiscal Ernesto de Aragón, quien ejerció en cámara la acusación. El abogado representaba a María Burella, una de las víctimas que sufrió el ?allanamiento? (en el sexto hecho de la acusación) de la banda en su casa de Ameghino Norte, en agosto de 2019. Abordaron al marido de la mujer cuando ingresaba al hogar, en el interior de la casa los encañonaron y luego los ataron y encerraron. Huyeron tras robar una suma de dinero considerable.

ASALTO COLECTIVO

En la tarde del 17 de septiembre de 2019, un mes después del golpe contra la familia, la banda de ?poliladrones? volvió a atacar. El blanco fue un tour de compras que se dirigía en colectivo a la feria La Salada, en Buenos Aires.

Todo sucedió cuando el colectivo se detuvo en una estación de servicio próxima al Arco de Córdoba para comprar comida. En esas circunstancias, aparecieron varios delincuentes armados y con chalecos policiales. Fingían un operativo de rutina.

Andaban en una Toyota Hilux que habían robado en Villa Carlos Paz. Según la causa, hubo entregadores para el robo al tour de compras. Se trataba aparentemente de dos guías turísticos: los hermanos Emiliano y Gonzalo Torres.

Mediante datos certeros, la banda accedió al colectivo y se hizo de grandes sumas de dinero de aquellos que iban a comprar ropa a la feria.

En medio del asalto, sucedió lo impensado. Alguien pudo alertar a la Policía, que acudió a los pocos minutos con varias patrullas. Los delincuentes escaparon a los tiros en la 4x4 y, al cabo de unas cuadras, chocaron contra un poste.

Según la causa, el sargento Fuentes fue uno de los que dispararon con un arma contra los policías.

¿Qué rol tuvo el otro policía? De acuerdo con la investigación, el agente Moyano tenía un handy con el que podía escuchar la frecuencia policial y así alertar a sus compinches.

La Voz del Interior 14-6-22