Una inclemente realidad, azota a nuestra sociedad día a día, exhibiendo casi de manera obscena una alarmante y exponencial ola delictiva, en la que el incremento de acciones particularmente violentas y hasta crueles en medio del ataque invasor, exhibe a menores de edad incursionando temerariamente en el terreno de la ilegalidad, sembrando temor y generando una desconfianza generalizada, respecto de las herramientas con que cuenta el ciudadano y la propia Justicia Penal, para preservarse frente al atacante desaforado. Se está hablando de delincuencia juvenil, la que ha d...